Aquí te revelamos los ingredientes secretos de estos manjares.
La comunidad de Ihuatzio nos regala sus ricos tamales de haba y de trigo endulzados con piloncillo. Puedes encontrarlos en la celebración de sus fiestas patronales, durante el mes de febrero.
Las chapatas son provenientes de La Cañada de los Once Pueblos. Se trata de tamales dulces rellenos de frijoles y endulzados con canela y piloncillo.
En la ribera del lago de Pátzcuaro, se elaboran tamales rellenos de charal sazonados con ajo, jitomate, cebolla y chiles perón y serrano. Se dice que el secreto radica en envolver cada tamal con ¡no menos de tres hojas de maíz!
En la Meseta Purépecha, encontrarás los nacatamales: tamales preparados con maíz nixtamalizado con ceniza y rellenos de xandukata (o chanducata), un guiso prehispánico que lleva carne, cilantro, hierbabuena, tomate y chile serrano.
Se le conoce como “canarios” a los tamales dulces hechos con harina de arroz, que les da su característico color amarillo; tradicionalmente se acompañan con pasitas de uva.
Las corundas son tamales hechos con una masa de maíz blanca batida con manteca de puerco y envueltos en hojas de caña del maíz. Se caracterizan por su forma triangular y se acompañan con guisos de carne o con crema.
Los uchepos son tamales dulces de origen purépecha que se distinguen por prepararse con granos de elote fresco.