Día del Niño: Los que no festejan

Hay miles de niños en la entidad que anhelan festejar este día, sin embargo sus condiciones de desarrollo son adversas

Cada 30 de abril, en México se celebra “El Día del Niño”. Fecha dedicada a conmemorar a las infancias y usualmente celebrada con todo tipo de actividades y juegos especiales.

Este día, para miles de niños en Michoacán, es de alegría, sonrisas, regalos, dulces, comidas especiales, de todo un poco, unas horas que marcan en ellos, dulces recuerdos que los acompañarán en su vida adulta.

Sin embargo, hay otros millones de menores que sólo anhelan celebrar. Pequeños que tienen que al igual que todos los días trabajar, o acompañar a sus padres a buscar el sustento familiar. Ellos no sonríen, no juegan y no comen dulces.

Cifras del Consejo Estatal de Población, hasta el 2018, en la entidad viven un millón 500 mil niños, niñas y adolescentes en promedio, del total, 150 mil menores trabajan, el 42% en sectores como la agricultura, ganadería, pesca, entre otros. Mientras que 41% realiza actividades de servicios, como comercio, transporte, y 16% labora en materia de la industria y la construcción.

Para Carlos Ortíz Paniagua, investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el primer factor que detona el trabajo infantil es la situación económica de los padres que no tienen oportunidad de mandarlos a la escuela o tenerlos en una condición favorable para generarles oportunidades.

“Trabajos como lavar coches, pedir dinero en las calles, hacer mandados, ayudar o ayudar en talleres, no son los trabajos más recomendables para los niños pero es un ingreso adicional que aporta algo al hogar”, afirmó.

El académico nicolaita aclaró: “para proponer políticas públicas que disminuyan este problema, es necesario que tener un diagnóstico de las causas que detonan el trabajo infantil, las cuales tienen que ver con el abandono de la niñez, la pobreza, los embarazos adolescentes, las enfermedades degenerativas de algún miembro de la familia, la orfandad, la migración, el caso de la drogadicción en los padres y los efectos del crimen organizado”.

Asimismo, consideró que el trabajo infantil tiene que ver con una sociedad poco empática, hasta cierto punto muy egoísta y una forma de organización económica que genera estos desequilibrios tan marcados.

Finalmente, recomendó la generación de una economía moral, desde un aspecto que busca la ética y disminuya la corrupción. Entender que cuando hay corrupción le hace mucho daño al colectivo de la sociedad, al generar más desigualdad y pobreza, lo que finalmente nos trae situaciones como el trabajo infantil.

Con información de Oscar Méndez / Abraham Méndez

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