Incluye síntomas inespecíficos como fiebre, dolor muscular y de las articulaciones
Brote y no epidemia, como el que ocurrió en 2018, son los casos actuales de la viruela del mono, enfermedad con una bajísima mortalidad: de cien infectados aproximadamente menos de uno tiene complicaciones, asegura Mauricio Rodríguez, académico de la UNAM.
Hasta ahora se trata de un brote. Se han confirmado 33 casos de esta enfermedad, de poco más de 80 en estudio, en siete países (Estados Unidos, Canadá, España, Reino Unido, Portugal, Suecia, entre otros), agrega el profesor del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina.
El virus que causa esta enfermedad (tendencia ahora en redes sociales) pertenece a la misma familia del virus (Orthopoxvirus) de la viruela, que fue erradicada del mundo en 1979.
El de la viruela del mono es menos agresivo que el de la que diezmó en otras épocas a poblaciones en todo el mundo, como a los mexicas cuando llegaron los conquistadores españoles.
La viruela del mono está principalmente en países de África Central y de África Occidental. Precisamente, los primeros casos del brote actual se han detectado en personas con antecedentes de viaje a Nigeria o que estuvieron en contacto con personas que viajaron a ese país.
Formas de contagio y tratamiento
Aunque hay quien ha infectado a su pareja sexual, la viruela del mono, asegura el doctor Rodríguez, no es una enfermedad de transmisión sexual. El virus se transmite por contacto con una persona infectada y también a través de secreciones corporales, precisa.
Este padecimiento incluye síntomas inespecíficos como fiebre, dolor muscular y de las articulaciones. Días después se desarrollan lesiones en la piel (son bolsitas con pus que eventualmente se rompen). Luego la lesión sigue evolucionando, acompañada del crecimiento de ganglios. “Se sienten como bolitas debajo de la piel, de la ingle y del cuello”.
Es una enfermedad que habitualmente se autolimita entre dos y cuatro semanas después del inicio de las manifestaciones clínicas. En ese caso, se vigila la evolución de los enfermos, se les da tratamiento y se evita que haya más contagios, precisa el especialista.
Es mortal en una proporción muy baja: de 100 infectados que la desarrollan, “menos de la mitad de uno” está en riesgo de complicaciones o incluso de perder la vida, aclara.
El último brote de casos de viruela del mono ocurrió en 2018. Todos los infectados están conectados con África o tienen cierta trazabilidad hacia países de ese continente, donde se mantiene activa la infección. Allá monos y roedores la transmiten al ser humano.
Aunque se ha detectado una cadena de contagios grande, que se está extendiendo en poco tiempo, no hay indicadores de que sea un problema epidémico, asegura.
Finalmente el académico universitario señala que no existe un medicamento específico contra la viruela, pero sí hay varias estrategias utilizadas de manera general y se tienen listas vacunas e incluso algunos antivirales para contener la cadena de transmisión de esta enfermedad.
Fuente: Fernando Guzmán Aguilar/Gaceta UNAM