Escena Michoacana | Rafa Arreguín escribe para el rock y para los corridos tumbados

El músico originario de Zamora ha creado un estilo particular de música, el cual abarca varios géneros y tiene un cuidado especial por contar historias

Rafa Arreguín es un músico originario de Zamora, Michoacán. El cual ha desarrollado un estilo de música contemporáneo, donde los ritmos del rock, el pop de los 2000 y los corridos tumbados pueden compartir un solo escenario.

Sin embargo, la pasión más grande de Rafa Arreguín es componer canciones y llegar a su público a través de una letra que los inspire y les dé un sentido de pertenencia. En la siguiente entrevista el artista nos cuenta más sobre su vida:

¿Cómo inició tu camino en el mundo de la música?

Mis inicios no solo musicales sino en general de mi vida, tienen mucho que ver con qué hago ahora y con quién soy. Yo soy el primer hijo de un matrimonio que se conoció en un coro de iglesia, mi mamá canta y mi papá toca la guitarra.

Siento que ser el primero marcó muy fuertemente ese momento en el que mis padres se encontraron a través de la música. Siempre había una guitarra en mi casa, la agarré en algún momento y resultó que tenía un buen oído para sacar melodías que escuchaba en la tele o en la radio, podía fácilmente buscarla en la guitarra y emularla.

Mis papás vieron mi interés y primero me metieron a un curso de verano, luego me metieron a clases particulares y empecé a conocer a otras personas que estaban en el mismo viaje que yo y ahí empecé a formar mi primer grupo de covers.

Nos gustaban los Strokes o Arctic Monkeys, tratábamos de meter ese tipo de música pero para tocar en un bar en México a fuerza tienes que tocar Hombres G, Enanitos Verdes, Soda Estereo.

¿Cómo descubriste tu pasión por escribir y componer canciones?

Primero me dí cuenta que componer era más difícil de lo que pensaba, pero con el tiempo y varios intentos salió la primera canción buena y de ahí en adelante empecé a escribir y escribir sin parar.

Entendí que lo importante era contar algo honesto, yo creo que me rompieron el corazón en algún momento y ahí tenía algo importante qué contar, era algo tan necesario que agarré mi guitarra y la canción salió sin pensarlo mucho.
Yo no me considero un guitarrista virtuoso, para mí la guitarra es una más herramienta para escribir. Si en algo soy bueno es escribiendo canciones, escribiendo encuentro mi propósito, mi misión y lo que más me gusta hacer, todo lo demás es una excusa para que puedan darse las canciones.

Siempre mi forma de escribir ha sido contar historias, soy un vato muy clavado con la música y esa es la intención, acompañar a través de las letras con las que la gente pueda decir “soy ese”.

¿Por qué has creado canciones de rock pero también otras con influencias regionales?

“Sedándote” es el último sencillo que saqué y tiene unas influencias regionales muy marcadas a propósito, ahorita tengo como un año que soy muy fan de los corridos tumbados, me gusta el estilo, el movimiento y lo que representa.

Desde mi infancia tengo recuerdos de que sonaban Vicente Fernández, Joan Sebastian, José José, la Arrolladora o la Banda el Recodo, mi papá tenía discos de todas esas y me las sé de memoria.

Igual que el pop de los 2000 tipo Camila, Reik o Sin Bandera. Esas las tengo en el inconsciente porque las escuché mucho de niño y me han influido un chingo, cuando me pongo a analizar mi propia música hay un montón de influencias por todos lados.

También me encanta la música española como Joaquín Sabina, Love of Lesbian y siento que allá cuidan más el texto, aquí en México el texto está un poco infravalorado y ahora que el regional está tan ahí enfrente de todos, volviéndose como el género número uno del mundo pensé que era el momento de crear música así, tenía la espinita de honrar ese pasado de lo que escuchaban mis papás y mis abuelos.

¿Qué es lo que significa la música en tu vida?

Para mí la música tiene un punto casi religioso en mi, o sino es que totalmente religioso. Mis papás cuando me metieron a estudiar música el plan era que después tocara en el coro donde ellos estaban y siguiera ese camino eclesiastico.

Pero algo se torció en el camino, el rock entró en algún momento cuando yo estaba en la escuela de música y me fui por otro lado. Pero por muchos años sí toqué en el coro de mis papás, sé un montón de canciones de la iglesia y lo tengo muy relacionado con cosas divinas, espirituales.

Para mí tocar música es como rezar, entro en ese mismo trance y cuando estoy escuchando alguna canción también me pasa. Es una especie de forma en que las emociones viajan en una forma muy directa, como cuando escuchas una canción que escuchaste de niño o te recuerda un momento específico, te transporta a ese lugar, a ese momento.

Con información de Abraham Méndez

YouTube player

Entradas relacionadas