El cineasta estadounidense fue invitado de honor en el FICM 2024, donde presentó su más reciente cinta Megalópolis y también recibió la Medalla Filmoteca UNAM por su contribución al mundo del cine.
El director, guionista y productor Francis Ford Coppola (Detroit, 1939), invitado de honor de la edición 22 del Festival Internacional de Cine de Morelia, compartió algunas reflexiones en torno al cine y la vida ante una audiencia compuesta por periodistas, realizadores y estudiantes de cine que llenaron el Teatro Melchor Ocampo.
Primero, recibió la medalla de la Filmoteca Nacional, de manos de su titular, Hugo Villa, quien explicó que la plata de esta medalla fue extraída en el proceso de revelado de las películas en los laboratorios de la Filmoteca, “literalmente estoy sosteniendo la herencia del cine mexicano en mis manos”, destacó Villa al entregar el reconocimiento diseñado por el escultor Lorenzo Rafael.
Posteriormente, Coppola respondió sin tapujos a las preguntas de los presentes, a quienes pidió dejar los halagos y externar sus dudas de manera directa, incluso, hubo un momento después de muchos “maestro”, “señor”, “un grande” en que el cinco veces ganador del premio Oscar pidió que lo llamaran “Tío Panchito”.
El tema central del encuentro fue Megalópolis (2024), la cinta más reciente del director estadounidense que tenía cerca de 13 años sin presentar una producción. La sinopsis oficial la describe como: una historia épica romana ambientada en una América moderna imaginaria, la ciudad de Nueva Roma debe cambiar, lo que causa un conflicto entre César Catilina, un artista genio en busca un futuro utópico, y su oposición, el alcalde Franklyn Cicerón, comprometido con un statu quo que perpetúa la avaricia, los intereses especiales y la guerra partidista.
El director de El padrino (1972) detalló el paralelismo, “Roma fue una república porque odiaba la idea de tener un rey, pero los senadores se empezaron a hacer ricos y a tener el poder, entonces se preocuparon sólo por preservar su bienestar… Y eso está sucediendo en América”, alertó.
Otra línea que toca la cinta es la familia, Coppola consideró que todas las personas, de cualquier país, somos parte de la misma especie y, por lo tanto, la humanidad es una familia, “todos en este teatro son mis primos” y más adelante agregó que “somos una familia de genios, ninguna otra especie puede hacer lo que hacemos, podemos resolver cualquier cosa, crear cualquier tecnología”, como en su película, donde César puede detener el tiempo, como lo hacen los humanos con el arte, es así que la utopía es el momento en que los seres humanos se sientan a discutir los problemas y resolverlos.
Fue cuestionado sobre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump, “La gente que quizá vote por Trump es el mismo tipo de personas que en Inglaterra votaron por el Brexit y ellos desearían no haberlo hecho porque el Brexit para Londres fue como darse un disparo en la cabeza (…) Si queremos mantener nuestra república, la elección es alguien que comprenda realmente la vida… Uno se puede preguntar por qué tanta gente rica, como ese famoso hombre que hace los Tesla apoya a Trump, es porque saben que hará todo lo que ellos quieran”.
Lamentó el asesinato de niños y niñas a causa de la guerra y es que, sentenció que el futuro está en los jóvenes, y el talento se está perdiendo porque no se les brindan las suficientes oportunidades. Para cuando le preguntaron ¿cuál es el legado de Francis Ford Coppola?, él respondió que Sofía Coppola, su hija, “Los hijos son nuestras joyas, los nietos son ganancias, pero los bisnietos, significan la inmortalidad misma”, afirmó.

Respecto al futuro del cine, dijo que estará relacionado con el desarrollo de la tecnología, incluso la que actualmente se utiliza en los videojuegos, serán las herramientas del séptimo arte. “Todo es un proceso de morir y renacer”, por lo que el cine está en constante renovación y “tienes que tomar riesgos para hacer arte -ya que- hacer arte sin riesgos es como hacer bebés sin tener sexo”. Fórmula que ha aplicado en más de una vez, ya que varias de sus películas que actualmente se consideran obras maestras, fueron películas que muchas personas rechazaron en el momento de su estreno y fracasos en la taquilla, es así que él se quedó con los derechos de, por ejemplo, Apocalypse Now (1979), “porque nadie los quería” . Por lo que en su experiencia, sólo el tiempo dirá qué es una buena cinta.
Advirtió que hay dos instituciones están muriendo: el periodismo y los sistemas de estudios de cine como Hollywood, pero se tendrán que renovar, Coppola confió en que el futuro del cine sea dejar de hacer películas para entretener y causar adicción, como la comida chatarra, y con el fin de pagar las deudas, “que (el cine) reviva más como un arte y menos como un negocio”.
A los noveles cineastas les recomendó trabajar, ser perseverantes, ya que mientras más se escribe y más se actúa, mejor se hace. Dijo que por naturaleza, el escritor odia lo que escribe, por lo que les invitó a no leer cada página, sino esperar a tener un centenar y hasta entonces revisar. Aseveró que los ingredientes principales de una buena película son un gran guion y una gran actuación, no importa lo demás.
Antes de despedirse del escenario, el director de 85 años de edad entonó una estrofa del bolero “Solamente una vez”, lo que fue respondido desde el fondo del teatro con un grito de “Tío Pancho, hermano, ya eres mexicano”. Con sus calcetines en color dispar y su genialidad dejó una gran impresión en los asistentes al FICM.
Dos días después de esta charla, este 24 de octubre, se estrena Megalópolis en la cartelera comercial del cine en México, ¿te arriesgas a verla?
Información: Astrid Del Ángel.